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FAMILIA DE ORAMAS Y CRUZ DIEZ, OPINANDO SOBRE RAFAEL RIVERO ORAMAS
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UN PEQUEÑO CUENTO
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TIO CERDO AYUDA A TIO CONEJO
A REPARAR SU CASA
Una vez en el campo el tiempo
amaneció muy fresco, quizás fue por la lluvia
que cayó toda la noche regando las montañas y los montes; por eso, todos
los árboles y las hierbas amanecieron con un color verde muy hermoso. Todos los
animales saltaban y comían aprovechando el extenso pasto fresco. Pero en casa
de tío conejo la cosa no estaba tan bien. Al pobre tío conejo se le metió el
agua de la lluvia y no pudo dormir en toda la noche sacando el agua. Pobre tío conejo, estaba muy cansado. Esa mañana, cuando tío cerdo pasaba muy contento frente a la casa de tío conejo, miró el agua
que estaba saliendo de la cueva, se asustó y comenzó a llamar con angustia a
tío conejo. Hasta que por fin salió tío conejo con una ojeras que le llegaban hasta
su hocico. Tío cerdo le preguntó:¿cómo fue que se le metió toda esa agua en su
casa, tío conejo? Tío conejo le contestó: pues resulta que ayer se me ocurrió
pedirle a tío caimán un pico y una pala para hacer un muro frente a mi casa,
precisamente para que el agua no se metiera pero no conseguimos cemento y, fíjese
usted: llovió toda la noche y mi pobre casita se me inundó. Tío cerdo le dijo:
despreocúpese, tío conejo, que hoy mismo le vamos a ayudar a hacer ese muro y
sacar toda el agua de su casa. Entonces tío cerdo comenzó a llamar a todos sus
amigos para explicarle lo que había pasado con tío conejo. Al cabo de una hora ya
todos estaban reunidos bajo un frondoso Samán para escuchar lo que iba a decir
tío cerdo. Tío cerdo se montó sobre una laja donde hacía tiempo había caído tío sapo y comenzó a hablarles: queridos amigos, quiero que me ayuden a sacar el
agua de lluvia que se le metió en la
casa de nuestro tío conejo. Él solo no puede hacerlo, por eso los he convocado
aquí para que entre todos le ayudemos. Rápidamente todos los animales fueron a
la casa de tío conejo para colaborar con él. Entonces tío tigre y tío león dejaron el rencor contra
tío Conejo y comenzaron a hacer una canal para colocar las cabillas e ir
pegando los bloques con arcilla; tía nutria y tía garza se metieron dentro de la
casa de tío conejo y le ayudaron a sacar toda el agua. Después que sacaron el agua,
tío cerdo le pidió ayuda a tío pavo para que agitara sus grandes alas y así
poder secar la humedad de la cueva. Y así, cada uno hizo lo que pudo. Al atardecer,
ya la casa de tío conejo se encontraba en buenas condiciones. Todos los
animales del campo le regalaron cobijas, un nuevo colchón, medias, y un montón
de cosas necesarias. Ya en la noche, tío cerdo, un poquito más tranquilo, hizo
una pequeña fiesta con todos sus amigos para compartir. Ellos bailaron y
comieron toda la noche. Mientras tanto, tío conejo dormía felizmente
en su “nueva casa” descansando después de una noche muy agitada y húmeda.
UN CUENTO INVENTADO POR
WINCKELMAN VERA
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